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Lágrimas artificiales: cuándo usarlas, qué tipos existen y cómo elegir la mejor opción



¿Sientes los ojos secos, irritados o con una sensación de arenilla constante? Si pasas muchas horas frente al computador, usas lentes de contacto o vives en lugares con contaminación o poca humedad, es posible que necesites lágrimas artificiales.

Estas gotas oftálmicas ayudan a mantener la superficie del ojo hidratada y protegida, aliviando molestias que, si se prolongan, pueden requerir evaluación médica. Conocer cuándo usarlas, cómo aplicarlas y qué tipos existen es clave para cuidar tu salud visual a diario.

¿Qué son las lágrimas artificiales y para qué sirven?

Las lágrimas artificiales son soluciones oftálmicas diseñadas para imitar la composición natural de las lágrimas humanas. Su función es lubricar la superficie ocular y aliviar síntomas de sequedad, ardor o irritación.

Pueden ser útiles en casos como:

  • Ojo seco por exposición prolongada a pantallas o ambientes secos.
  • Uso de lentes de contacto, tanto blandos como duros.
  • Conjuntivitis alérgica, que genera picazón o enrojecimiento.
  • Blefaritis o inflamación del párpado, que altera la calidad de la lágrima natural.

En cada caso, el oftalmólogo puede recomendar el tipo de lágrima más adecuado según la frecuencia y la causa del malestar.

Tipos de lágrimas artificiales y cómo elegir la adecuada

Existen diversas presentaciones y composiciones, y la elección depende del nivel de sequedad, la sensibilidad ocular y si se utilizan lentes de contacto.

Entre los tipos más comunes:

  • Lágrimas artificiales sin conservantes o sin preservantes: recomendadas para personas con ojos sensibles o uso frecuente.
  • Lágrimas en gel: ofrecen una lubricación más prolongada, ideales para la noche o casos de ojo seco severo.
  • Lágrimas con hipromelosa o carboximetilcelulosa: aumentan la viscosidad y reducen la evaporación de la lágrima natural.
  • Lágrimas con vitamina A o ácido hialurónico: ayudan a regenerar la superficie ocular y mejorar el confort visual.

Aunque siempre debe confirmarse con un especialista cuál es la más conveniente.

Lavarse las manos correctamente bajo el agua para prevenir infecciones y gérmenes

Cómo usar correctamente las lágrimas artificiales

Un uso adecuado garantiza mejores resultados y evita infecciones o desperdicio del producto.

Pasos básicos para aplicarlas:

  1. Lava tus manos antes de usar las gotas.
  2. Inclina ligeramente la cabeza hacia atrás.
  3. Aplica una o dos gotas en cada ojo, sin tocar el frasco con las pestañas.
  4. Parpadea suavemente para distribuir el líquido.

La frecuencia de uso varía según la necesidad, pero en general puede ir de 3 a 6 veces al día. En casos de resequedad intensa, el oftalmólogo puede ajustar la dosis o recomendar lágrimas sin conservantes para uso más frecuente.

¿Es bueno usar lágrimas artificiales todos los días?

El uso diario puede ser seguro si se realiza bajo supervisión médica y con el producto adecuado. Las lágrimas artificiales no contienen medicamentos y su función principal es lubricar. Sin embargo, si los síntomas no mejoran o empeoran, puede haber una condición subyacente como el síndrome de ojo seco crónico que requiera tratamiento específico.

El exceso de uso sin orientación profesional también puede generar dependencia o alterar la composición natural de la lágrima. Por eso, es recomendable consultar a un oftalmólogo antes de utilizarlas de forma prolongada.

Efectos secundarios y contraindicaciones

En la mayoría de los casos, las lágrimas artificiales son seguras. No obstante, algunas personas pueden experimentar reacciones leves, especialmente si el producto contiene conservantes.

Efectos secundarios posibles:

  • Sensación de ardor leve o visión borrosa temporal.
  • Reacciones alérgicas leves a conservantes o componentes.
  • Riesgo de infección si el envase entra en contacto con el ojo o se contamina.

Si ocurre enrojecimiento, dolor o secreción ocular, se recomienda suspender su uso y acudir al médico.

Oftalmólogo realiza examen ocular con lámpara de hendidura a paciente

¿Cuándo acudir al médico?

Consulta con un especialista si presentas:

  • Síntomas que no mejoran tras varios días de uso.
  • Ojo seco persistente o asociado a enfermedades sistémicas (como tiroides o síndrome de Sjögren).
  • Secreción, dolor o enrojecimiento intenso.

El uso de lágrimas artificiales puede ayudar a aliviar la sequedad ocular y proteger la superficie del ojo, especialmente en personas expuestas a pantallas o ambientes secos. Sin embargo, no sustituyen una evaluación médica, ya que la sequedad puede tener múltiples causas.

Cuidar la higiene ocular, mantener una buena hidratación y realizar controles oftalmológicos regulares son medidas esenciales para prevenir molestias y preservar la salud visual.

Preguntas frecuentes

  1. ¿Cada cuánto usar lágrimas artificiales?
    Depende del tipo de lágrima y la recomendación del oftalmólogo, aunque suelen aplicarse entre 3 y 6 veces al día.
  2. ¿Cuántas gotas puedo aplicar al día?
    Generalmente una o dos por ojo en cada aplicación, evitando el contacto del frasco con las pestañas.
  3. ¿Cuáles son las mejores lágrimas artificiales para ojo seco?
    Las sin conservantes o con ácido hialurónico suelen ser bien toleradas, pero deben elegirse según el diagnóstico médico.
  4. ¿Sirven para la conjuntivitis?
    Pueden aliviar la irritación leve, pero no sustituyen un tratamiento para la infección o alergia.
  5. ¿Qué contienen las lágrimas artificiales?
    Agua purificada, lubricantes como hipromelosa o carboximetilcelulosa y, en algunos casos, vitaminas o electrolitos.
  6. ¿Se pueden usar con lentes de contacto?
    Sí, pero es importante usar formulaciones específicas para usuarios de lentes y seguir las indicaciones del fabricante.

No ignores las señales de sequedad o cansancio ocular.
Usar lágrimas artificiales adecuadas puede mejorar tu bienestar visual y prevenir irritaciones. Si sientes ardor, picazón o lagrimeo constante, consulta con un oftalmólogo y encuentra la opción que mejor se adapte a ti.

*El contenido de este artículo sólo cumple la función de informar, no sustituye ni reemplaza el consejo y/o las órdenes del médico tratante relacionadas con tu salud, tratamiento o medicamentos que hayan sido recetados.

Fuentes

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Código: X0269A | 09-12-2025